viernes, 1 de mayo de 2009

¿Sabes por qué se utiliza el vino en la consagración eucarística?


Rafael Espino Guzmán

“Tomó luego una copa, dio gracias y dijo: ‘Tomen esto y repártanlo entre ustedes; porque les digo que, a partir de este momento, no beberé del producto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios’… De igual modo, después de cenar, tomó la copa, diciendo: ‘Esta copa es la nueva alianza en mi sangre, que se derrama por ustedes”’ (Lc 22, 17-18.20).

El vino puede convertirse fácilmente en un símbolo de sangre. En la antigüedad se la bebía mezclada al vino al término de una alianza (entre los escitas). En la Biblia el vino tiene consideraciones especiales. La abundancia del mismo era una señal de bendición (cf. 1S 1, 24; 10, 3).

En sumerio la vid y el racimo son llamados “geš-tin”, palabra que significa árbol de la vida. La tierra prometida era, por excelencia, un país de viñedos y viñadores. La difusión de la misma palabra “vino”, de Arabia al mundo greco-latino y del Sinaí al Cáucaso, y la existencia comprobada del producto desde la época prehistórica supondrían una amplia propagación del cultivo de la vid. En la vida de los patriarcas el vino formó parte de la cultura.

Jesús vivió en un contexto específico. Cuando hizo la institución de la Eucaristía utilizó tradiciones del judaísmo. En su cultura figuraba el vino entre los presentes ofrecidos, sobre todo entre los que se hacían a un superior (cf. Gn 14). La bebida formaba parte de los festines como de las simples comidas (cf. Dt 24, 26; Jb 1, 18) e incluso en los banquetes fúnebres (Tb 4, 18). En Caná, Jesús reveló su gloria mediante un milagro realizado con vino (Jn 2, 1-11). La ausencia de éste llevaba consigo una desolación general (cf. Is 24, 11; Jr 48, 23). Los falsos profetas lo prometían en abundancia para asegurarse un buen auditorio (Mi 2, 11)…

El vino, por tanto, en tiempos de Jesús, lo consideraban como un elemento adecuado de libación con Yavé (simbolizaba amor/relación) (Pr 9, 5). Para los judíos, la cena pascual figuraba de antemano el banquete del Reino de Dios. Jesús envuelto en unas tradiciones muy específicas, escogió el vino como símbolo de la nueva era en Caná (Jn 2, 1-11); pero en especial simbolizará la Nueva Alianza (Mt 26, 27). En el Nuevo Testamento, el vino se convirtió, incluso dentro del mismo judaísmo, en un símbolo de inmortalidad, de la vida futura y del Reino mesiánico (Goodenough E. R.). En los evangelios de Mateo y Marcos, Jesús dice: “Mi sangre derramada por una muchedumbre”… Jesús da su vida, el vino era símbolo de la vida y amor. Purificó a un pueblo que era suyo.

Jesucristo usa el vino que se convertirá en su sangre. Lo usa porque era parte de sus tradiciones. Sella una alianza de amor y hacemos memoria de ella en cada Eucaristía, dentro de la cual se utiliza también el vino entre los elementos de consagración en el altar.

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