Hace tiempo, cuando de niño jugaba en el campo,
cuando entre praderas solía cantar.
Esa era mi meta, mi eternidad:
que tú fueras mi novia, mi compañera de fiar.
Cuando entre flores, entre ríos y el solar,
más risas que liebres se veían saltar.
Cuando los vientos, tu falda no podía cesar,
corriamos, gritábamos,
y yo nunca lo podía expresar.
Cuando tu amiga, mi amiga venía a jugar,
y mi amiga que es tu amiga, con mi secreto
a ti te volvía confusa y a mí me hacía llorar.
Bailábamos, cantábamos,
y yo nunca lo podía expresar.
Hace tiempo, cuando el sueño de un niño;
hace tiempo cuando contigo solía soñar.
Esa era mi meta, mi eternidad:
que tú fueras mi novia, mi compañera de fiar.
Cuando tu encanto me hacía turbar;
mis juegos, mis esfuerzos, mi más doloroso callar.
Tú estabas llena de misterio, yo no podía pensar.
Estudiábamos, nos mirábamos, pero,
yo nunca lo podía expresar.
Cuando tú te volvías la sombra
más triste de mi pensar;
cuando yo a tu alma quería llegar,
murmurábamos, y sin embargo,
yo nunca lo podía expresar.
Hace tiempo, cuando aquel sueño de niño;
hace tiempo cuando mi esperanza, cuando mi añorar.
Esa era mi meta, mi eternidad:
que tú fueras mi novia, mi compañera de fiar.
Cuando una mujer pequeña,
pequeña de tamaño, grande de espíritu como el mar.
Tu voz dulce y serena;
ambos soñábamos el futuro,
yo nunca el mío podía expresar.
Cuando no podía hablar de nada;
cuando un encuentro perfecto llegué a imaginar.
Hace tiempo, cuando aun era un niño;
hace tiempo: aquel que creí que podía olvidar.
Esa era mi meta, mi eternidad:
que tú fueras mi novia, mi compañera de fiar.
domingo, 17 de mayo de 2009
Hace tiempo
Rafael Espino Guzmán
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