domingo, 26 de abril de 2009

Cielo de octubre


Rafael Espino Guzmán


Un drama basado en hechos reales, narra la historia de un joven cuyo sueño es trabajar en la NASA. Homer Hickam (interpretado por Jake Gyllenhaal), lucha, principalmente, contra la oposición de su padre, quien le insiste en continuar trabajando en las minas de carbón en la pequeña ciudad de Coalwood (Virginia Occidental EUA), como lo hacía la mayoría de hombres del lugar.
Homer vislumbra que no escapará de ese estilo de vida. Pero el satélite soviético Sputnik, al atravesar el cielo de octubre, hizo que todo cambiara. Homer decide fabricar un cohete junto con sus tres amigos: O’Dell (Chad Lindberg), Roy (William Lee Scott) y Quentin (Chris Owen), y resuelven dedicarse a la fabricación de artefactos que volaran tan altos como sus sueños. Después de grandes esfuerzos logran convencer a todos de que es posible conseguir aquello que parece ser imposible. Lo que Homer emprendió como una simple afición constituyó poco a poco su forma de vivir. Muy pronto lograría aparecer en las filas de aquellos que viajan al espacio…
Los seres humanos somos expertos en soñar. Nos encanta pensar en las cosas que nos gustan, y disfrutamos con ello, pero así como las imaginamos también pensamos en la imposibilidad de conseguirlas. ¿Por qué la mayoría de nosotros tendemos a pensar que nunca podríamos alcanzar nuestros sueños? ¿De qué tenemos miedo? El camino está delante de nosotros, sólo tenemos que comenzar a recorrerlo paso a paso. Tal vez nos cueste dar algunos, pero eso no quiere decir que sea imposible llegar a la meta. No debemos dar un paso atrás ni siquiera para coger impulso.
Se necesita optimismo, valor y entusiasmo para lograr nuestros anhelos. No basta con tenerlos, puesto que la tarea de toda vida consiste en luchar para que se hagan realidad.
Toda persona es capaz –si quiere– de transformarse a sí misma y a su entorno. Somos libres para decidir qué tipo de persona deseamos ser.
Habrá, por su puesto, aquellos obstáculos que interfieran en nuestros objetivos, pero no deben ser el límite del camino que transitamos. Cuantas veces sea necesario se debe luchar para llegar a la cima de la felicidad. Si por alguna razón nos desalentamos o dejamos que nos aplasten las contrariedades, no queda otra opción que continuar luchando, de lo contrario abandonaríamos la oportunidad que la vida nos da para vencer.
Si nosotros “queremos” algo lo “podemos” hacer. Así como Homer estrelló algunos cohetes, así habrá que enfrentar varios errores en función de nuestros sueños. Algunos posiblemente no llegarán a realizarse, pero habrá otros que volarán tan alto que nos mostrarán la riqueza de haber luchado hasta el final.
El film nos exhorta a la grandeza. Debemos levantar la mirada y conseguir aquello que Dios dispuso que cumpliéramos.

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